Friday, June 25, 2010

La constancia de la práctica

por Naila Castillo

Todos los seres somos capaces de experimentar un estado despierto, de trascender la confusión y el sufrimiento. Algunos creen que esto es algo idealista o que no puede ser integrado en la vida actual, pero es posible experimentar de manera directa nuestro verdadero potencial. Lo que es cierto es que por la inercia que traemos, no estamos acostumbrados a reconocer este potencial. Estamos saturados de información de todo tipo. Por un lado las exigencias sociales y colectivas que nos fragmentan para encajar en determinados moldes y normas, por otro lado los roles que hemos creado nos ahogan un poco y las tendencias emocionales y del pensamiento discursivo por las que siempre nos dejamos llevar se han hecho en apariencia cada vez más sólidas. En este estado, divididos por estas distracciones es imposible que tengamos una experiencia directa de nuestra verdadera naturaleza. Aún así, para experimentar esta condición no es necesario abandonar nuestra vida y nuestra realidad cotidiana, no necesitamos retirarnos a una montaña o viajar a la India o al Tíbet para encontrar una práctica espiritual, simplemente no identificándonos con ello y relativizandolo podemos empezar a "limpiar", a "airear" nuestra mente y energía. Con el espacio que se abre al soltar estos puntos de referencia, empezamos a experimentar de una manera que no es intelectual, un estado más fresco y más genuino, más presente.

Pero a lo largo de mi práctica he visto que más de una vez las personas nos enfrentamos a miedos, trabas, o situaciones cotidianas que nos superan o que nos distraen, y en vez de aprender a utilizar estas circunstancias como el camino, las consideramos como ajenas a nosotros mismos, dejamos de meditar, dejamos de acudir a la sangha (el grupo donde uno practica), dejamos de utilizarlas como material para aprender y nos aislamos con la excusa de que "me pasó esto o aquello", "me siento así o asá", "no me coinciden los horarios" o "no soporto a esa persona".

Pero la realidad es muy simple. No vamos a vivir para siempre y cada vez que nos ponemos vagos o malcriados los que perdemos somos nosotros mismos. Estamos perdiendo lo más valioso que tenemos, el tiempo, porque el lapso de nuestra vida no es ilimitado. Experimentar esa naturaleza despierta es algo que realmente podemos realizar, pero para ello no basta con leer un libro o hacer algun curso una vez cada tanto o meditar una vez por mes o ir a yoga cuando puedo, significa tener en claro lo que queremos hacer con nuestra vida, como queremos vivirla, experimentarla. El dharma (la enseñanza sobre la naturaleza de la realidad) no es ajena a nosotros, no es un planteo espiritual y filosófico, es nuestra existencia en este momento presente, nuestra vida es el Dharma, pero para experimentar esto tenemos que usar "relojes" que nos despierten y estos despertadores son la práctica diaria y constante. Si tomamos esa disciplina (no con rigidez sino a través de plantearnos si queremos seguir confundidos o si queremos descubrir ese potencial innato), entonces nuestra vida se va a volver realmente preciosa y vamos a dejar de desperdiciarla.

 

Thursday, June 17, 2010

Convertirse en un gran guerrero


"Cuando el auténtico guerrero se dirige a la batalla, no se pone a pensar en su pasado ni a recordar su grandeza y su fuerza anteriores, ni fantasea con las consecuencias futuras, ni tampoco alberga pensamientos de victoria o derrota, de dolor o muerte. El guerrero mas grande se conoce a sí mismo y tiene una gran confianza en sí mismo. Tan sólo es consciente de su adversario. Es bastante abierto y se muestra plenamente consciente de la situación, sin pensar en términos de bueno o malo. Lo que le hace un gran guerrero es el no tener opiniones: él tan solo es consciente. Sin embargo sus adversarios, emocionalmente atrapados por la situación, no serán capaces de enfrentarse a él, porque actúa de forma verdadera, navega a través del miedo de su enemigo y es capaz de atacarlo con éxito.” Chögyam Trungpa Rinpoche, extracto del libro "Meditación en acción".


Monday, June 14, 2010

El Rey Gesar de Ling y Shambhala



Gesar de Ling, uno de los ancestrales cuatro soberanos principales de Shambhala, representa la quintaesencia de la tradición guerrera tibetana –un ser realizado que nació como un rey guerrero budista para desafiar a los enemigos del dharma. Él es tanto gurú como protector, así como también el espíritu ancestral del clan Mukpo. Como el vidhyadhara Chögyam Trungpa Rinpoche explicó, “El Guerrero aquí se refiere a la realización del poder, la dignidad y la conciencia despierta que es inherente en todos nosotros como seres humanos. Es despertar nuestra confianza humana básica la cual nos permite alegrarnos, desarrollar un sentido de visión y éxito en lo que estamos haciendo”. En este contexto, el significado del guerrero trasciende cualquier idea o expresión de agresión.


Mientras que en nuestros textos de Shambhala en sí mismo apenas mencionan el nombre de Gesar, están repletos con imaginería y enseñanzas halladas en El Poema Épico de Gesar, el más largo poema épico oral existente en el mundo. En el poema, discusiones sobre el caballo de viento (lungta), la presencia auténtica (wangthang), presencia enriquecedora (yang), confianza o dignidad (ziji), y el principio de lha, nyen, y lu abundan. El vidhyadhara explicó que “podemos considerar toda la historia como un despliegue de cómo funciona la mente del guerrero”. Gesar representa el guerrero ideal, el principio de la confianza todo victoriosa. Como la fuerza central de la cordura el conquistó a todos sus enemigos, las fuerzas malignas de las cuatro direcciones, que aleja las mentes de las personas de las verdaderas enseñanzas del budismo, las enseñanzas que dicen que es posible alcanzar la autorrealización última”. Las referencias a batallar, frecuentes en la literatura de Gesar, también aparecen en los textos de Shambhala donde los enemigos del dharma, las fuerzas malignas de las cuatro direcciones, no son otros sino la personificación de nuestras propias batallas internas.


Estas enseñanzas provienen directamente de Gesar, y como dice Trungpa Rinpoche “Gesar fue una emanación de Padmakara”. Cuando le preguntamos qué significado tenía Gesar en términos de la enseñanza de Shambhala, Rinpoche exclamó: “Gesar es la vanguardia de Shambhala” (Debe notarse que en otros contextos, el vidhyadhara indicó que el terma de Shambhala se había originado con los reyes Rigden, Shiwa Ökar, o Gesar de Ling).



Texto por el Comité de traducciones Nalanda fundado por Chögyam Trungpa Rinpoche en 1975.