un poema de Elías Capriles, extracto del libro "Cremation Grounds: Himalayan Retreat Poems
from the Late Seventies and Early Eighties
And a Few More Recent Poems"
Visión
Si vas a nadar al calmo y claro pozo azul
no tienes que cuidarte de los dragones:
ellos no estarán allí.
Cuídate de la aparentemente sin fin anaconda espiritual que,
seduciéndote a través de la calma y claridad del agua
te atrapará en los círculos viciosos de su cuerpo
hasta que el aliento del Espíritu te deje
y no puedas alcanzar la liberación final.
Permaneciendo en la Visión
Sin dejarte seducir por la anaconda
sigues reconociendo olas y corrientes
(incluyendo la superficie calma con corrientes subacuáticas
que constituyen la ilusión de una anaconda)
como y por el pozo azul, a través de su calma y claridad.
Permaneciendo en este pozo insondable e inoriginado
eventualmente surgirán grandes olas espumosas
y aparecerá el Dragón:
energía inconmensurable, poder ilimitado, con su furia
quemando progresivamente los sofocantes anillos del cíclico vivir.
Expresando la Visión
Al volverte Dragón, atrapas una nube,
y tu cuerpo no puede ya ser visto;
entonces nadie puede ya seguirte,
pues no dejas huellas
mientras vuelas inobstruído por el Cielo.
Más allá de toda Práctica
Libre de identificación con el Dragón
—con su cuerpo, voz, mente, cualidades y actividades—
ya no hay seres para ti
y sin embargo los seres te perciben
coma una lluvia de "actividades" espontáneas y sin “yo”
que cae en el campo que ellos constituyen.
Finalmente, podrán concluir
que pasaste a la luz.
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