por Lama Bar-ché
Dorje
“El tigre es el símbolo de la ferocidad libre de ataduras. El león tiene el poder de la fuerza y la dignidad – pero el tigre exhibe más que dignidad algo salvaje. Uno podría llamar este tipo de cualidad salvaje “la dignidad natural de la arrogancia modesta”. Este es un extraño ensamblaje de palabras – pero el tigre no se explica fácilmente. Las cualidades reales se le adjudican al león, y el león en cuestión es usualmente descrito como un macho. El tigre, como sea, es indudablemente hembra, y su poder conlleva el terror de lo desconocido y de lo inconocible. El tigre es despiadadamente juguetón y juguetonamente despiadado – ella es la tierra de base de la loca sabiduría.
La danza del tigre está
relacionada con la conducta simbólica y la manera en que el tigre se mueve a
través de la vida. El tigre está siempre relajado y natural. Camina a través de
la jungla con impecable soltura, sin preocuparse absolutamente de nada. El
tigre por ser totalmente natural y tener confianza en su ser, siempre tendrá un
efecto en sus entornos. El tigre no se preocupa de perder la cara o de apegarse
a una imagen fija. El tigre no tiene nada que probar. El tigre está totalmente
relajado pero listo para saltar a la acción si esto es necesario. Sus acciones
no están gobernadas por la esperanza y el temor. El solo reacciona en cada
situación de una manera totalmente espontánea y natural. Él no se preocupa
acerca de los resultados o del futuro. Simplemente hace lo que necesita ser
hecho en las circunstancias que surgen en su vida.
Los tigres femeninos y
masculinos representan la cualidad iluminada de la fiereza lúdica – rolpa’i trö
(rol pa’i khro). Aquí la sensación de absoluta solemnidad impregna la idea
habitual sobre lo lúdico con un dinamismo resultante que Ngak’chang Rinpoche, uno
de mis Lamas Raíz describe como “aplomo salvaje”. La cualidad de ‘protección’
aquí se relaciona con la textura de la propia vida como un practicante. Uno
está dispuesto a tomar riesgos y dispuesto a estar vivo al máximo de su
capacidad en cada situación.
El tigre macho nos protege
de nuestra búsqueda de comodidad, y la tigresa nos proteje de nuestra
sensibilidad neurótica. La imagen del tigre prevalece en la iconografía
tántrica. El tigre se asocia con el poder visionario del yidam, por ello tantos
yidams visten una pollera de piel tigre. El tigre, y especialmente la tigresa
sonel símbolo de la loca sabiduría de Dorje Tröllö (la más airada de las ocho
manifestaciones de Padmakara). El tigre del cielo fue además un yidam bön que
ya existía previo al budismo. El hecho de danzar quiere decir sintonizarse con
esto. Danzar no es estar en lucha con la vida. Danzar es el comprometerse en
las circunstancias de la vida sin comprometer tu naturaleza porque tu
naturaleza danza con la naturaleza de los fenómenos como una continua corriente
de realidad. Danzas con todo y cuanto más capacidad tienes, más reconoces que
tus circunstancias son un reflejo de tu mente
La manera en que percibes y
respondes en la vida es la visión kármica en la que estás metido. Así que sea
como sea que veas las cosas y reacciones sobre ellas esa es tu realidad. Así
que al cambiar tu mente, energía y cuerpo, cambias tu realidad. El tigre ve las
cosas simplemente naturales como son y reacciona sobre ellas tal como son.”
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