Thursday, August 09, 2012

Entrevista a Lama Tulku Lobsang

Médico Tibetano

--Cuando un paciente viene a su consulta, ¿cómo descubre cuál es su enfermedad?
--Mirando cómo se mueve, su postura, la forma de mirar. No hace falta que me hable ni me explique qué le pasa. Un doctor de medicina tibetana experimentado, solo con que el paciente se le acerque a unos 10 metros, puede saber qué dolencia sufre.

--Pero también escucha los pulsos.
--Así obtengo la información que necesito de la salud del enfermo. Con la lectura del ritmo de los pulsos se pueden diagnosticar un 95% de las enfermedades, incluso psicológicas. La información que dan es rigurosa como la de un ordenador. Pero leerlos requiere mucha experiencia.

--Y después, ¿cómo cura?
--Con las manos, la mirada, y preparados de plantas y minerales.

--Según la medicina tibetana, ¿cuál es el origen de las enfermedades?
--Nuestra ignorancia.

--Pues perdone la mía, pero, ¿qué entiende usted por ignorancia?
--No saber que no sabes. No ver con claridad. Cuando ves con claridad, no tienes que pensar. Cuando no ves claramente, pones en marcha el pensamiento. Y cuanto más pensamos, más ignorantes somos y más confusión creamos.

--¿Cómo puedo serlo menos?
--Le daré un método muy simple: practicando la compasión. Es la manera más fácil de reducir tus pensamientos. Y el amor. Si quieres a una persona de verdad, es decir, si no la quieres solo para ti, aumenta tu compasión.

--¿Qué problemas ve en Occidente?
--El miedo. El miedo es el asesino del corazón humano.

--¿Por qué?
--Porque con miedo es imposible ser feliz, y hacer felices a los otros.

--¿Cómo afrontar el miedo?
--Con aceptación. El miedo es resistencia a lo desconocido.

--Y como médico, ¿en qué parte del cuerpo ve más problemas?
--En la columna, en la parte baja de la columna: os sentáis demasiado tiempo en la misma postura. Vitalmente, tenéis demasiada rigidez.

--Tenemos muchos problemas.
--Creemos que tenemos muchos problemas, pero en realidad nuestro problema es que no los tenemos.

--¿Qué quiere decir?
--Que nos hemos acostumbrado a un nivel de necesidades básicas cubiertas, de modo que cualquier pequeña contrariedad nos parece un problema. Entonces, activamos la mente y empezamos a darle vueltas y más vueltas sin solucionarlo.

--¿Alguna recomendación?
--Si el problema tiene solución, ya no es un problema. Si no, tampoco.

--¿Y para el estrés?
--Para evitarlo, lo mejor es estar loco.

--¿...?
--Es una broma. No, no tan broma. Me refiero a ser o parecer normal por fuera, y por dentro estar loco: es la mejor manera de vivir.

--¿Qué relación tiene usted con su mente?
--Soy una persona normal, o sea que a menudo pienso. Pero tengo entrenada la mente. Eso quiere decir que no sigo a mis pensamientos. Ellos vienen, pero no afectan ni a mi mente ni a mi corazón.

--Usted se ríe a menudo.
--Cuando alguien ríe, nos abre su corazón. Si no abres tu corazón, es imposible tener sentido del humor. Cuando reímos, todo es claro. Es el lenguaje más poderoso: nos conecta a unos con otros directamente.

--También acaba de editar un CD de Mantras con una base electrónica, para el público occidental.
--La música, los Mantras y la energía del cuerpo son lo mismo. Como la risa, la música es un gran canal para conectar con el otro. A través de ella, podemos abrirnos y transformarnos: así la usamos en nuestra tradición.

--¿Qué le gustaría ser de mayor?
--Me gustaría estar preparado para la muerte.

--¿Y nada más?
--El resto no importa. La muerte es lo más importante de la vida. Creo que ya estoy preparado. Pero antes de la muerte, debemos ocuparnos de la vida. Cada momento es único. Si damos sentido a nuestra vida, llegaremos a la muerte con paz interior.

--Aquí vivimos de espaldas a la muerte.
--Mantenéis la muerte en secreto. Hasta que llegará un día de vuestra vida en que ya no será un secreto: no os podréis esconder.

--Y la vida, ¿qué sentido tiene?
--La vida tiene sentido, y no. Depende de quién seas. Si realmente vives tu vida, entonces la vida tiene sentido. Todos tenemos vida, pero no todo el mundo la vive. Todos tenemos derecho a ser felices, pero tenemos que ejercer ese derecho. Si no, la vida no tiene sentido.

Thursday, July 05, 2012

Entrevista a Sogyal Rinpoche

extraída de La Contra de la Vanguardia del 9/05/2005.


¿Por qué interesa tanto el budismo en Occidente?
Porque los occidentales no son tontos, claro.
¿Y qué vemos en el budismo?
Ustedes han visto ya cuánto sufrimiento mental padecen, y están descubriendo que el budismo puede ayudarles.
¿Sufrimiento mental?
Depresión, neurosis, infelicidad… ¿Por qué? ¿Por qué, si disponen de tanta riqueza, avances, tecnología, confort…?
Quizá porque todavía queremos más.
Vivirás en el mejor sobreático del mejor edificio sobre Central Park… y te tirarás por la ventana. ¿Por qué? Porque la felicidad sólo está en la mente. Todo está en los pensamientos. ¡Es la mente la que crea el mundo!
¿Mi felicidad depende de mi mente?
Sí: sufrimiento y felicidad son creaciones mentales. Por eso la enseñanza principal del budismo es ésta: “¡Domestica tu mente!”.
¿Y en qué consiste eso?
En conquistar la mente: el budismo enseña a entrenarla para aplacar emociones negativas, angustia, descontento, infelicidad…
¿Sufrimiento, en suma?
Sí. Entrenando la mente, es posible llegar al extremo de que cualquier suceso deje de parecerte adverso… para ser una bendición.
¿Hasta ese punto? ¿Cómo conseguir eso?
A mí me ayudó esta frase que leí hace 30 años: “El agua, si no la remueves, se vuelve clara”. Pues bien, la mente es como el agua.
No hay que removerla.
La enturbian los pensamientos. Una mente calma es un cielo azul: los pensamientos son las nubes que lo tapan. ¡No te identifiques con esas nubes, y busca ver el cielo!
Difícil: la vida es complicada y hay que darle tantas vueltas al coco…
¿Sí? “Todos los problemas del ser humano derivan de su incapacidad de sentarse solo en una habitación”, escribió Pascal…
Pero consuela tanto estar distraídos…
Nos distraemos de nosotros mismos con pensamientos: son astucias del ego que nos apartan de nuestra esencia, son falsas visiones a las que nos aferramos, nos apegamos.
¿Tanto nos autoengañamos?Escuche este cuento que narró Buda… Un mercader tenía una bella esposa y un hijo pequeño. La esposa enfermó y falleció, y el mercader cifró toda su felicidad en ese niño. Mientras estaba en un viaje, unos bandidos asolaron la aldea y se llevaron al niño. A su regreso, el mercader vio un cuerpo de niño calcinado y lo tomó por el de su hijo.
Pobre hombre, cuánta desgracia…
Practicó una ceremonia de cremación del hijo, y conservó las cenizas en una bolsita de seda. Trabajaba, comía y dormía aferrado a la bolsa y a su desesperación, llorando…
Comprensible…
Un día su hijo escapó de los bandidos y llamó a la puerta del padre. Era medianoche y el padre sollozaba junto a las cenizas. “¡Soy yo, papá!”, gritó el hijo. El padre pensó que alguien le gastaba una broma cruel, y no abrió. El hijo llamó cien veces, inútilmente,hasta que se fue. ¡Nunca volvieron a verse!
Ya veo: nos apegamos a nuestra verdad…
… y no sabemos dar la bienvenida a la verdad en persona cuando llama a la puerta.
Pues ayúdeme a estar abierto y alegre.
Cada vez que vea o hable con otra persona, piense que esa persona es usted.
Buen ejercicio… Y difícil.
Entrene su mente en eso. Verá qué bien.
¿Y si yo me odio? Odiaré a todos, pues.
Haga este ejercicio: inspire, y a cada inspiración imagine que recoge usted todo el dolor, desgracia, angustia y sufrimiento de los otros; y espire, y a cada espiración difunda hacia los otros bondad, consuelo, amor.
¡Se supone que el que estaba mal era yo!
Precisamente: tus males derivan de preocuparte tanto de ti mismo, del yo, yo, yo…
Pero si estoy sufriendo yo…
Yo, yo… ¡Ábrete al sufrimiento de los otros!: eso es la compasión. Y empieza a meditar: quieto, concéntrate en tu respiración, obsérvala, eso sosegará tu mente. La práctica de la meditación conduce a la paz interna.
La panacea, lo que todos buscamos…
Lo que te digo no es cuestión de fe: te bastará con probarlo y saborearlo por ti mismo.
¿Qué tipo de paz interna es esa?
La falacia del ego se disuelve, las emociones negativas pasan… Eso es la sabiduría: como la compasión, está también dentro de ti.
¿Basta con ponerse a meditar?
Poquito a poco… Pero si lo intentas, te llenará de tanta alegría y fuerza que querrás seguir. Hoy los estudios médicos ya han probado los múltiples beneficios psicosomáticos de la meditación (sabiduría) y del amor (compasión): el ritmo cardíaco se equilibra, el sistema inmunológico se refuerza…
Entonces el Dalai Lama estará perfecto…
El Dalai Lama es un hombre bueno, y verle estimula a la humanidad a intentarlo.
La humanidad insiste en la barbarie, Occidente en especial: ¡no somos tan inteligentes!
Sí, sí lo sois, pero sucede que aún ponéis la inteligencia al servicio de la ignorancia.
¿Qué ignoro?
Que puedes tomar la decisión de ser feliz.
Pero hay dolor, sufrimientos, heridas…
Sí, pero no seas ignorante: ¡no te dejes engañar por todo eso, no te identifiques con eso! Ésa es una visión errónea, ignorante.
No es nada fácil.
Ya: si hace mucho que no te duchas, al hacerlo saldrá mucha mugre y te asustarás. Si perseveras, el agua saldrá limpia. Persevera.
Ustedes no le piden nada a Dios, veo…
A la sabiduría y a la compasión que palpitan dentro de ti podrías llamarlas Dios.
¿La humanidad será divina un día?
Un día, dentro de muchos eones…