Monday, November 08, 2010

Libérate del Apego a las experiencias

Verso de Consejo de Padampa Sangye

Con comentario de Dilgo Khyentse Rinpoche



"El deseo y el odio aparecen

Pero como los pájaros en su vuelo, no dejan rastro;

Pueblo de Tingri, en Meditación,

Libérate del apego a las experiencias."



Hablando en general sentimos apego hacia nuestra familia, nuestras pertenencias y nuestra posición, y aversión hacia cualquier persona que intente amenazarnos. Intenta no prestar atención a esos objetos externos y examina la mente que los identifica como deseables u odiosos. ¿Tienen forma, color, sustancia u ámbito tu deseo o tu odio? Si no es así, ¿porqué razón caes tan fácilmente bajo el poder de tales sentimientos? Por que no sabes como liberarlos. Si dejas que tus pensamientos y sentimientos surjan y se disuelvan por sí mismos, pasarán por tu mente del mismo modo que un pájaro cruza el cielo, sin dejar ningún rastro.



Esto se aplica no sólo al apego y al odio, sino también a las experiencias de meditación como el gozo, la claridad y la ausencia de pensamiento. Estas experiencias vienen con la perseverancia de la práctica y son la expresión de la inherente creatividad de la mente. Aparecen como el arco iris, formadas como los rayos de sol que irrumpen en una cortina de lluvia; y sentirnos apegadas a ellas es tan inútil como perseguir un arco iris con la esperanza de usarlo como chaqueta. Simplemente, deja que tus pensamientos y experiencias vengan y se vayan otra vez, sin agarrarte a ellos.



Monday, August 23, 2010

Mapas de la realidad

Texto extraído de “Spectrum of Ecstasy” por Nagkchang Rinpoche y Khandro Dechen.


“Las líneas de las conexiones y asociaciones con el conocimiento pasado son importantes en sentido relativo, pero nosotros permitimos que ese proceso domine todo lo demás, e imponemos sistemas de categorización en nuestra experiencia. Verás, siempre hay un proceso abstracto que se está sucediendo y en algunos casos es útil y en otros no. La abstracción es útil cuando estamos armando un mapa de un área –no es posible poner cada árbol y piedra dentro del mapa, o el mapa sería tan grande como el área que estamos tratando de llevar al mapa. Así que es abstracto. Estos mapas son valiosos, pero si creemos en ellos demasiado –especialmente mapas de “vida” o “experiencia” – entonces corremos el riesgo de descreer de la realidad cuando entra en conflicto con el mapa.
Incluso en los círculos budistas la gente hace esto. La realidad está definida por textos, y los textos fueron escritos en la prosa arcaica de una cultura extranjera. Tal vez algunas personas puedan leer estos mapas… tal vez algunos lamas tibetanos puedan leer estos mapas… ¿pero que pasa si los mapas se vuelven poco o nada comunicativos? ¿Qué ocurre si uno nunca visita los lugares a los que el mapa hace referencia? ¿ que pasa entonces? Este es un punto difícil ¿cierto? Incluso en términos de salud psicológica, necesitamos permanecer abiertos para re-dibujar continuamente nuestros mapas de la realidad acorde con lo que realmente está allí. Tal vez el Monte Meru no esté realmente ahí.
Para ser practicantes reales tenemos que estar continuamente abiertos a comparar el mapa con el paisaje real de la experiencia que encontramos en nuestra práctica sentada. En términos espirituales, el mapa y la falta de éste, o el mapa y el territorio sin marcar son no duales. Son simplemente forma y vacuidad”.

Wednesday, August 11, 2010

El dolor y la no-esperanza por Chögyam Trungpa Rinpoche

extracto del libro "El juego de la ilusión" del mismo autor.




El dolor es habitualmente muy serio. El dolor es habitualmente algo de lo que no se habla. No es que sea difícil describirlo, sino que no queremos describirlo. Desde ese punto de vista, el dolor es sinónimo de ego. Ego es dolor, y dolor es ego. Dolor es neurosis.
Dolor, o ego, es algo de lo que no se habla. Es un secreto enorme. Es un secreto tal, que no tenemos siquiera que nombrarlo. Podemos meramente hacer solo una referencia a ello y nuestro colega o amigo sabrá de lo que estamos hablando. Podrías decir, “Hoy ha sido un día muy pesado” Tu amigo nunca preguntará, “¿un día muy pesado de qué?”. Se entiende. Es una comunicación mística.
Sea cuando sea que la posibilidad de que esa clase de comunicación se presente por si misma, nos apartamos de ella. Vamos bien lejos y luego damos la vuelta. No vamos demasiado lejos. Tal vez asumimos que si fuéramos demasiado lejos, podría ser embarazoso para nuestros colegas o amigo. Pero en realidad sería embarazoso para nosotros (quizás para nuestro amigo o colegas también). El dolor son las innombrables partes privadas que no queremos mencionar. Es un nombre sagrado. Es una versión samsárica de Dios. Su estilo de protección es la duda de no adentrarse en ello tanto como se pueda porque te sientes amenazado por la sensación de adentrarte en ello demasiado.
En realidad no hay peligro en ir demasiado lejos. El peligro, desde el punto de vista del ego, es que si vamos demasiado lejos, podríamos no saber como reensamblarnos a nosotros mismos luego. Es como la rima de las guarderías acerca de Humpty Dumpty: “Todos los caballos del rey y todos los hombres del rey no pudieron poner a Humpty junto otra vez”. No hay esperanza. Cualquiera sea el poder que podamos llamar, el más grande de los grandes poderes que podamos poner juntos, no podemos juntar nuestro ego otra vez una vez que ha sido expuesto. Es imposible, y sabemos eso. Somos tan inteligentes. Hay una indirecta del tantra allí: realmente sabemos como protegernos desde la protección del ego, esa sensación de que hay un enorme esquema allí, aún si es una cosita muy simple que está teniendo lugar. Todo eso es el dolor.
No es tanto la agonía real de tener algo como reumatismo o haber sido heridos psicológicamente por alguien y sentirnos mal acerca de ello. No es esa clase de dolor el que tenemos aquí. Es la experiencia mística fundamental de la “estoidad”, la seidad, y la cualidad de aquello de lo que no se habla -esa cosa acerca de la que no nos hablamos a nosotros mismos, mucho menos a otros. Nunca siquiera pensamos en ello. Eso es el dolor. Y hay una clase de inteligencia allí.
En el caso de Naropa, el quería superar este dolor, y decidió dejar su casa y unirse a un establecimiento monástico para poder así exponerse a sí mismo a merced de los profesores y gurus –así podría rendirse, tomar refugio, abandonar la arrogancia, la confusión, y demás. Pero de acuerdo al ejemplo de la vida de Naropa, solamente exponer el “esto” no es suficiente.
Obviamente en el Oeste, con grupos de encuentro, confesión, psiquiatras, y demás, la gente ha desarrollado la idea de exponer el secreto tanto como se pueda, hablar de tu mente en materia religiosa, social y filosófica de todas las clases. Hay muchas formas de aparente exposición de uno mismo. Particularmente, los desarrollos espirituales, psicológicos y filosóficos que han tomado lugar en este país recientemente han sido marcadamente inteligentes. Pero el asunto es: ¿qué ocurre luego? ¿Deberíamos seguir repitiendo la misma ceremonia de exposición de nuestro ego constantemente, cada día, cada hora, cada semana? Hay un límite de cuantas veces podemos ir a confesión. Repetir la misma cosa una y otra vez en cierto punto se vuelve una droga, la cual da una sensación de alivio, de apertura o de originalidad.
El problema aquí no tiene nada que ver con que la técnica esté mal. Es la actitud la que parece estar mal. A través de los métodos de exponernos a nosotros mismos, queremos deshacernos de la carga de este secreto en nosotros, porque alguien podría reconocerlo y usarlo contra nosotros. Esa es usualmente la lógica. Queremos estar completamente claros y limpios para que nadie pueda atacarnos más.
Ese es un esquema muy listo. Pero interesantemente, algunas veces durante el proceso de esquematizado descubrimos un nuevo esquema. En el proceso de ir más allá de las técnicas y métodos del primer esquema, encontramos otro método, otro esquema. Terminamos bombardeados por toda clase de alternativas, y nunca somos capaces de relacionarnos con ninguna de ellas propiamente. Estamos completamente perdidos.
O bien somos muy serios y honestos y seguimos un método en un estilo muy metódico, similar a los negocios. Nos volvemos profesionales en el concurrir asiduamente a orgías, o profesionales en reuniones de groupies. De ese modo, creamos otra cáscara. La treta original ya no funciona más. La treta de repetir la ceremonia de descubrirnos a nosotros mismos crea otra máscara, una máscara espesa, y una vez más estamos empotrados en la roca. Sucede una y otra vez, y no conseguimos salirnos de ello. Los métodos en sí mismos se vuelven obstáculos. No hay nada que podamos hacer acerca de ello.
El problema parece ser la actitud de que el dolor debería irse, entonces seríamos felices. Esa es nuestra creencia errónea. El dolor nunca se va, y nunca seremos felices. Esa es la verdad del sufrimiento, duhkha satya. El dolor nunca se va; nunca seremos felices. Ahí hay un mantra para ti. Vale la pena repetirlo. Tienes la primera iniciación ahora: tienes un mantra.
No es tanto que el dolor es un obstáculo. Si no más bien, como seguimos, el dolor se vuelve un obstáculo porque queremos deshacernos de ello. Por supuesto al principio podemos no considerar el dolor como un obstáculo. La primera cosa es la estupidez: no realizar el dolor. Luego realizamos el dolor y nos familiarizamos con las caídas conectadas con el dolor. Luego queremos deshacernos de eso. Ese es el segundo velo, considerar el dolor como un obstáculo.
La idea es aprender a vivir con el dolor de acuerdo con la tradición budista de la toma de refugio. Este es uno de los métodos más prominentes y más importantes. Tomar refugio aquí significa renunciar a la esperanza, más que renunciar al miedo. Cuando abandonamos promesas, potenciales, posibilidades, entonces comenzamos a darnos cuenta de que no está la carga de futuros aprisionamientos. Hemos sido completamente liberados, aún de la esperanza, lo cual es una experiencia realmente refrescante. En otras palabras, si aceptamos la carga como verdaderamente cargoso, completamente cargoso, entonces su pesadez deja de existir. Por que es verdaderamente una carga, verdaderamente pesada. Es como identificarse con una pesada roca que está presionándote contra el piso. Si te identificas con la roca, tú no existes. Te vuelves la roca.
Pero eso, también, se vuelve muy engañoso. Una vez que empiezas mirar de ese modo, puedes convertir eso en otra trampa. Creas un engaño tras otro que te aprisiona con la esperanza, hasta que te das cuenta finalmente de que no hay esperanza. Podemos decir por seguro que la esperanza, o una sensación de promesa, es un estorbo en el camino espiritual.
Crear esta clase de esperanza es uno de los rasgos más prominentes del materialismo espiritual. Hay todo tipo de promesas, todo tipo de pruebas. Encontramos la misma aproximación de la del vendedor de autos. O es como alguien haciendo una demostración de un limpiador vacío y diciéndote cuan bien puedes limpiar tu casa si tan solo lo compraras. Si tan solo compras ese limpiador vacío, cuán hermoso sería tu cuarto, completamente libre de suciedad y polvo, hasta la última partícula. Ya sea que sea un vendedor de limpiador vacío o un guru, hallamos el mismo nivel de arte para vender. Por ello es que ambos están incluidos en la misma bolsa de materialistas. Hay tantas promesas involucradas. Tanta esperanza es plantada en tu corazón. Esto es jugar en tu debilidad. Crea más confusión con respecto al dolor. Te olvidas enteramente del dolor y te ves envuelto en la búsqueda de alguna otra cosa. Y eso en sí mismo es dolor. Tratar de suprimir la incredulidad, enfocándote en el creer, tratando de convencerte a ti mismo de que este acercamiento funciona (pensando que convenciéndote a ti mismo es lo que lo hará funcionar) –todo eso es dolor.
Eso es por lo que vamos a pasar a menos que entendamos que el requerimiento básico para andar el camino espiritual es la no-esperanza. La no-esperanza no es lo mismo que la desesperación. Hay una diferencia. El desesperar es pereza, falta de intelecto. Uno no está aún dispuesto a buscar la razón de la desesperación. Es una flojera total. Pero la no-esperanza es muy inteligente. Sigues buscando. Das vuelta página tras página, diciendo, “Eso es desesperanza, eso es desesperanza”. Eres todavía muy vigoroso, esperanzadoramente vigoroso. Todavía estás buscando esperanza, pero cada vez tienes que decir, “¡Oh no, maldición!” La no-esperanza persiste; es muy vigorosa, muy inspiradora. Hace cosquillas a tu mente casi como si hubiera algo que estás a punto de descubrir. Cuando lo descubres, dices, “Ah, ahora encontré la cosa!… Oh no. Es otra vez la misma cosa de siempre”.
Hay un tremendo cambio y excitación en la no-esperanza. Cuando te rindes, cuando entras en completa desesperación con no-esperanza tras no-esperanza, justo antes que la desesperación y la pereza tomen posesión de ti, comienzas a desarrollar un cierto sentido del humor. Desarrollas sentido del humor, y no te vuelves completamente haragán y estúpido.

Friday, July 23, 2010

Cambiar-Morir

Extracto del libro “From the Rays of the sun” de Ngak’chang Rinpoche

“Estamos comprometidos con la práctica de la meditación y comprometidos con la muerte. Cuando nos comprometemos a practicar y a abrirnos, nos comprometemos a cambiar – y cuando cambiamos, morimos. Tenemos que morir con el fin de cambiar. Si no podemos morir no podemos cambiar. Es un simple hecho.

Morir significa dejarse ir de la auto-imagen y de la concepción de sí mismo. Tenemos que dejar ir lo que somos y abrirnos a nosotros mismo a lo que podemos des-hacernos. Desde un punto de vista budista es impropio no des-hacerse. Con el fin de des-hacerse, debemos dejar ir la seguridad y hallar la seguridad de la inseguridad. Debemos descubrir la libertad de la inseguridad en la cual la seguridad y la inseguridad danzan como un despliegue no-dual.

Cualquiera que haya pasado más de una semana en retiro solitario entenderá bastante bien que significa morir de la manera que estoy describiendo. Si no podemos dejar morir nuestros preconceptos pasadas no tenemos futuro, y no podemos experimentar el presente. A menos que podamos morir, no podremos estar vivos en el momento – y el momento es todo lo que tenemos”.

Tuesday, July 06, 2010

XIV Dalai Lama, Tenzin Gyatso - 75 años



KUNDUN


Un Homenaje por sus 75 años.


Nació el 6 de julio de 1935 en Takster (Amdo), en el este de Tíbet, con el nombre de Lhamo Dondhup. A la edad de cinco años, fue proclamado encarnación del XIII Dalai Lama fallecido, llevado al palacio de Potala en la capital del Tíbet y oficialmente proclamado líder espiritual. Un tulku es un monje budista que ha escogido conscientemente renacer (reencarnar), comúnmente muchas veces, para continuar con sus objetivos o tareas religiosas.
Es vegetariano y promueve que la gente lo sea, inspirado por el mensaje de "gran compasión" (mahakaruna). Entre algunas de las campañas que ha hecho para promoverlo está el solicitar a los restaurantes de Dharamsala que se volvieran vegetarianos, con resultados positivos, o que una cadena de comida rápida a base de pollo no abriera establecimientos en el Tibet.
Los budistas consideran que los Dalái Lamas son emanaciones de Buda Avalokiteshvara sin embargo también creen que no es un Buda sino un Bodhisattva, es el patrono del Tíbet y piensan que, tras su muerte, su conciencia sutil tarda un intervalo de cuarenta y nueve días, por lo menos, para nacer de nuevo en un niño que ya desde su nacimiento puede dar señales de su carácter especial.
A los cuatro años de edad fue ordenado monje budista y entronizado como XIV Dalai Lama del Tíbet. El Dalái Lama tenía la capacidad de memorizar y comprender los textos esotéricos en su primer intento estableciendo su reputación como un maestro por encima de todos los demás monjes a los 9 años.
Tras la victoria de los comunistas, a sus 15 años, el 17 de noviembre de 1950 fue declarado jefe de gobierno en exilio. Considerando que la única forma de liberar a su país de la opresión, era que su palabra y su actividad no fueran acalladas, Su Santidad el Dalai Lama cruzó los Himalayas a pie, en un peligroso viaje que le llevó al exilio en India. Unos 80.000 tibetanos le acompañaron, mientras Mao Tse Tung ponía en el gobierno del Tíbet al Panchen Lama al que, sin embargo, no consiguió manejar a su gusto y encarceló en 1964.
En 1954, junto con una gran cantidad de dignatarios religiosos y civiles, viajó a Pekín para mantener conversaciones de paz con Mao, y en 1956 lo hizo a la India, donde pudo conocer al Primer Ministro Nehru, a quién le solicitó apoyo. Pero la crisis continuó y se provocó la primera rebelión en dos provincias fronterizas con China.
El 10 de marzo de 1959 Lhasa se sublevó de nuevo para reafirmar su independencia. Las demostraciones fueron brutalmente reprimidas hasta la total ocupación del país. Decenas de miles de tibetanos murieron en los bombardeos o fueron encarcelados.
Asumió la jefatura del gobierno tibetano a los 18 años, en 1953 y decidió exilarse en 1959. Desde entonces reside en Dharamsala, en el estado de Himachal Pradesh, en el Norte de la India, donde asentó el Gobierno Tibetano en el Exilio.
En 1963, se promulgó una constitución democrática que se basa en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Dharamsala, felizmente conocida como la Pequeña Lhasa posee también instituciones culturales y educativas y sirve de Capital en Exilio de 130.000 refugiados tibetanos que viven principalmente en la India. Otros viven en el Nepal, en Suiza, en el Reino Unido, en los Estados Unidos, en Canadá y otros 30 países.
El 10 de diciembre de 1989 le fue concedido el Premio Nobel de la Paz por su resistencia constante a uso de la NO violencia en la lucha de su gente para recuperar la libertad, dando a conocer su punto de vista respecto al Conflicto del Tíbet y la situación en su país. Es miembro del Comité de honor de la Coordinación internacional para el Decenio de la no violencia y de la paz.
Actualmente, Tenzin Gyatso, figura internacional que se define a sí mismo como "un simple monje", viaja por todo el mundo hablando en pro del pueblo tibetano, su autonomía respecto de China e impartiendo enseñanzas budistas. Reputado por su jovialidad, su estilo enérgico y profundo, y su erudición, ha dado frecuentes alocuciones públicas que han sido transcritas en más de un centenar de libros.

Friday, June 25, 2010

La constancia de la práctica

por Naila Castillo

Todos los seres somos capaces de experimentar un estado despierto, de trascender la confusión y el sufrimiento. Algunos creen que esto es algo idealista o que no puede ser integrado en la vida actual, pero es posible experimentar de manera directa nuestro verdadero potencial. Lo que es cierto es que por la inercia que traemos, no estamos acostumbrados a reconocer este potencial. Estamos saturados de información de todo tipo. Por un lado las exigencias sociales y colectivas que nos fragmentan para encajar en determinados moldes y normas, por otro lado los roles que hemos creado nos ahogan un poco y las tendencias emocionales y del pensamiento discursivo por las que siempre nos dejamos llevar se han hecho en apariencia cada vez más sólidas. En este estado, divididos por estas distracciones es imposible que tengamos una experiencia directa de nuestra verdadera naturaleza. Aún así, para experimentar esta condición no es necesario abandonar nuestra vida y nuestra realidad cotidiana, no necesitamos retirarnos a una montaña o viajar a la India o al Tíbet para encontrar una práctica espiritual, simplemente no identificándonos con ello y relativizandolo podemos empezar a "limpiar", a "airear" nuestra mente y energía. Con el espacio que se abre al soltar estos puntos de referencia, empezamos a experimentar de una manera que no es intelectual, un estado más fresco y más genuino, más presente.

Pero a lo largo de mi práctica he visto que más de una vez las personas nos enfrentamos a miedos, trabas, o situaciones cotidianas que nos superan o que nos distraen, y en vez de aprender a utilizar estas circunstancias como el camino, las consideramos como ajenas a nosotros mismos, dejamos de meditar, dejamos de acudir a la sangha (el grupo donde uno practica), dejamos de utilizarlas como material para aprender y nos aislamos con la excusa de que "me pasó esto o aquello", "me siento así o asá", "no me coinciden los horarios" o "no soporto a esa persona".

Pero la realidad es muy simple. No vamos a vivir para siempre y cada vez que nos ponemos vagos o malcriados los que perdemos somos nosotros mismos. Estamos perdiendo lo más valioso que tenemos, el tiempo, porque el lapso de nuestra vida no es ilimitado. Experimentar esa naturaleza despierta es algo que realmente podemos realizar, pero para ello no basta con leer un libro o hacer algun curso una vez cada tanto o meditar una vez por mes o ir a yoga cuando puedo, significa tener en claro lo que queremos hacer con nuestra vida, como queremos vivirla, experimentarla. El dharma (la enseñanza sobre la naturaleza de la realidad) no es ajena a nosotros, no es un planteo espiritual y filosófico, es nuestra existencia en este momento presente, nuestra vida es el Dharma, pero para experimentar esto tenemos que usar "relojes" que nos despierten y estos despertadores son la práctica diaria y constante. Si tomamos esa disciplina (no con rigidez sino a través de plantearnos si queremos seguir confundidos o si queremos descubrir ese potencial innato), entonces nuestra vida se va a volver realmente preciosa y vamos a dejar de desperdiciarla.

 

Thursday, June 17, 2010

Convertirse en un gran guerrero


"Cuando el auténtico guerrero se dirige a la batalla, no se pone a pensar en su pasado ni a recordar su grandeza y su fuerza anteriores, ni fantasea con las consecuencias futuras, ni tampoco alberga pensamientos de victoria o derrota, de dolor o muerte. El guerrero mas grande se conoce a sí mismo y tiene una gran confianza en sí mismo. Tan sólo es consciente de su adversario. Es bastante abierto y se muestra plenamente consciente de la situación, sin pensar en términos de bueno o malo. Lo que le hace un gran guerrero es el no tener opiniones: él tan solo es consciente. Sin embargo sus adversarios, emocionalmente atrapados por la situación, no serán capaces de enfrentarse a él, porque actúa de forma verdadera, navega a través del miedo de su enemigo y es capaz de atacarlo con éxito.” Chögyam Trungpa Rinpoche, extracto del libro "Meditación en acción".


Monday, June 14, 2010

El Rey Gesar de Ling y Shambhala



Gesar de Ling, uno de los ancestrales cuatro soberanos principales de Shambhala, representa la quintaesencia de la tradición guerrera tibetana –un ser realizado que nació como un rey guerrero budista para desafiar a los enemigos del dharma. Él es tanto gurú como protector, así como también el espíritu ancestral del clan Mukpo. Como el vidhyadhara Chögyam Trungpa Rinpoche explicó, “El Guerrero aquí se refiere a la realización del poder, la dignidad y la conciencia despierta que es inherente en todos nosotros como seres humanos. Es despertar nuestra confianza humana básica la cual nos permite alegrarnos, desarrollar un sentido de visión y éxito en lo que estamos haciendo”. En este contexto, el significado del guerrero trasciende cualquier idea o expresión de agresión.


Mientras que en nuestros textos de Shambhala en sí mismo apenas mencionan el nombre de Gesar, están repletos con imaginería y enseñanzas halladas en El Poema Épico de Gesar, el más largo poema épico oral existente en el mundo. En el poema, discusiones sobre el caballo de viento (lungta), la presencia auténtica (wangthang), presencia enriquecedora (yang), confianza o dignidad (ziji), y el principio de lha, nyen, y lu abundan. El vidhyadhara explicó que “podemos considerar toda la historia como un despliegue de cómo funciona la mente del guerrero”. Gesar representa el guerrero ideal, el principio de la confianza todo victoriosa. Como la fuerza central de la cordura el conquistó a todos sus enemigos, las fuerzas malignas de las cuatro direcciones, que aleja las mentes de las personas de las verdaderas enseñanzas del budismo, las enseñanzas que dicen que es posible alcanzar la autorrealización última”. Las referencias a batallar, frecuentes en la literatura de Gesar, también aparecen en los textos de Shambhala donde los enemigos del dharma, las fuerzas malignas de las cuatro direcciones, no son otros sino la personificación de nuestras propias batallas internas.


Estas enseñanzas provienen directamente de Gesar, y como dice Trungpa Rinpoche “Gesar fue una emanación de Padmakara”. Cuando le preguntamos qué significado tenía Gesar en términos de la enseñanza de Shambhala, Rinpoche exclamó: “Gesar es la vanguardia de Shambhala” (Debe notarse que en otros contextos, el vidhyadhara indicó que el terma de Shambhala se había originado con los reyes Rigden, Shiwa Ökar, o Gesar de Ling).



Texto por el Comité de traducciones Nalanda fundado por Chögyam Trungpa Rinpoche en 1975.

Sunday, May 30, 2010

Artistas de la luminosidad por Tröma Rinpoche

La atracción no es el aferramiento pegote que es signo de la confusión dualista. La atracción es una cualidad inherente de la existencia. No se necesitar renunciar o negar esto. De hecho, puede ser cultivado. Puede ser una causa de la experiencia de la luminosidad vivida y vacía de todas las cosas. Puede ser una causa de meditación.

Los tantricas no necesitan renunciar a la forma -nuestros cuerpos no solo unas bolsas de pus, sangre, y huesos como se dice en los Sutras. Nuestros cuerpos están repletos de maravillas, llenos de ciencia, inteligencia, los cinco colores y la luz clara. Celebramos la forma; así celebramos los ornamentos, los colores, el arte, la música de los MhaSiddhas, tantricas y yogis.

Porque los tantricas no renunciamos a la forma, todos somos artistas. Si no somos artistas en sentido convencional de hacer pinturas religiosas, o ser músicos, somos artistas del ser; una manera de estar en el disfrute sin preconceptos. Así es como es conocida la belleza, a través de la manera de estar más allá de los cndicionamentos, más allá de los preconceptos. La belleza es una manera de ser con la que solo podemos contactarnos cuando estamos en el estado no-dual, cuando estamos en el más hermoso estado del ser. Es la manera de la apreciación meditativa de todo lo que es.

Saturday, May 29, 2010

EL GRAN ENGAÑO por Sogyal Rinpoche

 
El nacimiento de un hombre es el nacimiento de su pena. Cuanto
más vive, más estúpido se vuelve, porque su ansia por evitar la
muerte inevitable se hace cada vez más aguda. ¡Qué amargura!
¡Vive por lo que está siempre fuera de su alcance! Su sed de
sobrevivir en el futuro le impide vivir en el presente.

CHUANG TZU
 
 
Tras la muerte de mi maestro, disfruté de una estrecha relación con Dudjom Rimpoché, uno de los mayores maestros de meditación, místicos y yoguis de los últimos tiempos. Un día iba
viajando por Francia con su esposa, admirando el paisaje mientras conducía. Pasaron ante un extenso cementerio que estaba recién pintado y adornado con flores. Su esposa comentó:
—Rimpoché, mira qué pulcro y qué limpio lo tienen todo en Occidente. Hasta los lugares donde depositan los cadáveres están inmaculados. En Oriente, ni siquiera las casas donde vive la gente están tan limpias.
—Ah, sí —replicó él—, es verdad; es un país muy civilizado. Tienen unas casas maravillosas para los cadáveres de los muertos. Pero, ¿no te has fijado? También tienen casas muy bonitas para los cadáveres de los vivos.
Cada vez que recuerdo esta anécdota pienso en lo hueca y fútil que puede ser la vida cuando se funda en una falsa creencia sobre la continuidad y la permanencia. Cuando vivimos así, nos convertimos, como dijo Rimpoché, en inconscientes cadáveres vivientes.
La mayoría vivimos así; vivimos según un plan preestablecido. Pasamos la juventud educándonos. Luego buscamos un trabajo, conocemos a alguien, nos casamos y tenemos hijos. Compramos una casa, procuramos que nuestro negocio tenga éxito, intentamos realizar sueños, como tener una casa de campo o un segundo automóvil. Nos vamos de vacaciones con nuestras amistades. Hacemos proyectos para la jubilación. Los mayores dilemas que algunos de nosotros hemos de enfrentar son dónde pasar las próximas vacaciones o a quién invitar por Navidad.
Nuestra vida es monótona, mezquina y repetitiva, desperdiciada en la persecución de lo banal, porque al parecer no conocemos nada mejor. El ritmo de nuestra vida es tan acelerado que lo último en que se nos ocurriría pensar es en la muerte. Sofocamos nuestro miedo secreto a la impermanencia rodeándonos de más y más bienes, de más y más cosas, de más y más comodidades, hasta que nos vemos convertidos en sus esclavos. Necesitamos todo nuestro tiempo y toda nuestra energía simplemente para mantenerlos. Nuestra única finalidad en la vida pronto se convierte en conservarlo todo tan seguro y a salvo como sea posible. Cuando se produce algún cambio, buscamos el remedio más rápido, alguna solución ingeniosa y provisional. Y así, a la deriva, va pasando nuestra vida hasta que una enfermedad grave u otra calamidad nos saca de nuestro estupor.
Por otra parte, no es que dediquemos mucho tiempo ni mucha reflexión a esta vida, tampoco. Piense en esas personas que trabajan durante años y luego tienen que retirarse, sólo para
descubrir que no saben qué hacer con su vida a medida que envejecen y se acerca la muerte. Aunque mucho hablamos de ser prácticos, ser práctico en Occidente significa ser miopes, muchas veces necia o egoístamente. Nuestra miope concentración en esta vida, y sólo en esta vida, es el gran engaño, el origen del sombrío y destructivo materialismo del mundo moderno. No se habla de la muerte ni se habla de la vida tras la muerte porque se hace creer a la gente que hablar de estas cosas sólo sirve para estorbar nuestro «progreso» en el mundo.
Sin embargo, si nuestro deseo más profundo es vivir y seguir viviendo, ¿por qué insistimos ciegamente en que la muerte es el fin? ¿Por qué no intentamos al menos explorar la posibilidad de que exista una vida más allá? ¿Por qué, si somos tan pragmáticos como pretendemos, no empezamos a preguntarnos seriamente dónde está nuestro futuro real? Después de todo, nadie vive más de cien años. Y después de eso se extiende toda la eternidad, sin ser tenida en cuenta...

 
LA PEREZA ACTIVA

Hay un antiguo relato tibetano que me encanta; se titula «El padre de "Famoso Como La Luna"». Un hombre muy pobre, después de mucho trabajar, consiguió acumular todo un saco de grano. Se sentía muy orgulloso de sí mismo, y cuando llegó a casa cogió una cuerda y colgó el saco de una viga para que estuviera a salvo de ratas y ladrones. Dejándolo allí colgado, se tendió a dormir justo debajo para mayor seguridad. Mientras yacía acostado, su mente empezó a divagar: «Si vendo el grano en pequeñas cantidades obtendré mayor beneficio. Así podré comprar más grano y repetir el negocio, y muy pronto me haré rico y seré una persona influyente en la comunidad. Las chicas se prendarán de mí. Me casaré con una mujer hermosa, y muy pronto tendremos un hijo. Habrá de ser un niño, pero... ¿qué nombre vamos a ponerle?». Paseó la mirada por el cuarto y la detuvo en un ventanuco tras el cual se veía ascender la Luna.
«¡Qué signo más auspicioso!», pensó. Ese sí que es un buen nombre. Lo llamaré "Famoso Como La Luna"». Ahora bien, mientras él se entregaba a sus fantasías, una rata logró trepar hasta el saco de grano y royó la cuerda que lo sostenía. En el momento en que brotaban de sus labios las palabras «Famoso Como La Luna», el saco cayó del techo y lo mató al instante.
«Famoso Como La Luna», lógicamente, no llegó a nacer.

¿Cuántos de nosotros, a semejanza del protagonista de este relato, somos arrastrados por lo que he dado en llamar «pereza activa»? Naturalmente, existen diversas variedades de pereza. La
pereza de estilo oriental es como la que se ha llevado a la perfección en India. Consiste en pasarse el día holgazaneando al sol, sin hacer nada, evitando toda clase de trabajo o actividad útil, bebiendo tazas de té, escuchando música de películas indias a todo volumen en los aparatos de radio y charlando con los amigos. La pereza occidental es muy distinta. Consiste en abarrotar
nuestra vida de actividades compulsivas a fin de que no quede tiempo para afrontar los verdaderas problemas. Si contemplamos nuestra vida veremos claramente cuántas tareas sin importancia, a las que llamamos «responsabilidades», se acumulan para llenarla. Un maestro las compara a «hacer la limpieza de la casa en sueños». Nos decimos que queremos dedicar tiempo a las cosas importantes de la vida, pero nunca tenemos tiempo. El mero hecho de levantarnos por la mañana supone una multitud de tareas: abrir la ventana, hacer la cama, ducharse, limpiarse los dientes, dar de comer al perro o al gato, fregar los platos de la noche anterior, descubrir que te has quedado sin azúcar o café, salir a comprarlo, preparar el desayuno... Es una lista interminable. Luego hay que buscar la ropa, elegirla, plancharla, volverla a guardar. ¿Y el cabello? ¿Y el maquillaje? Desvalidos, vemos cómo se nos llenan los días de llamadas telefónicas y proyectos triviales, de responsabilidades y responsabilidades...
¿O no deberíamos llamarlas «irresponsabilidades»? Parece que nuestra vida nos vive, que posee su propio impulso imprevisible, que se nos lleva; en último término, nos parece que no tenemos elección ni control sobre ella. Naturalmente, esto a veces nos hace sentir mal, tenemos pesadillas y despertamos sudorosos, preguntándonos: «¿Qué estoy haciendo de mi vida?». Pero nuestros temores sólo duran hasta la hora del desayuno; aparece el maletín y volvemos a estar donde empezamos. Pienso en el santo hindú Ramakrishna, que le dijo a uno de sus discípulos: «Si dedicaras a la práctica espiritual una décima parte del tiempo que dedicas a distracciones como ir detrás de las mujeres o hacer dinero, llegarías a la Iluminación en unos pocos años».
Hubo un maestro tibetano llamado Mipham, que vivió a principios de siglo, una especie de Leonardo da Vinci del Himalaya. De él se cuenta que inventó un reloj, un cañón y un aeroplano. Pero en cuanto daba por terminado un invento, lo destruía, diciendo que sólo sería causa de nueva distracción.
La palabra «cuerpo» en tibetano es lü, que quiere decir «algo que se deja atrás», como el equipaje. Cada vez que decimos lü, recordamos que sólo somos viajeros refugiados temporalmente en esta vida y este cuerpo. Así, en Tíbet la gente no se distraía ni se pasaba todo el tiempo procurando hacer más cómodas sus circunstancias externas. Se daban por satisfechos si tenían lo suficiente para comer, la espalda cubierta de ropa y un techo sobre su cabeza. Lo que hacemos nosotros, tratar obsesivamente de mejorar nuestras condiciones, puede convertirse en
un fin por sí mismo y en una distracción vana. ¿A quién que estuviera en su sano juicio se le ocurriría redecorar minuciosamente la habitación del hotel cada vez que se alojara en uno?
Me gusta mucho el siguiente consejo de Patrul Rimpoché:

Ten presente el ejemplo de una vaca vieja,
que se da por satisfecha durmiendo en un cobertizo.
Tienes que comer, dormir y cagar,
eso es inevitable,
lo demás no es asunto tuyo.


A veces pienso que el mayor logro de la cultura moderna es su brillante manera de vender el samsara y sus distracciones estériles. La sociedad moderna me parece una celebración de todas las cosas que alejan de la verdad, que hacen difícil vivir para la verdad y que inducen a la gente a dudar incluso de su existencia. Y pensar que todo esto surge de una civilización que dice adorar la vida, pero en realidad la priva de todo sentido real; que habla sin cesar de «hacer feliz» a la gente, pero que de hecho obstruye su camino a la fuente de la auténtica alegría.
Este samsara moderno se alimenta de la misma ansiedad y depresión que induce en todos nosotros y que fomenta cuidadosamente con una maquinaria de consumo que necesita mantenernos deseosos para continuar funcionando. El samsara es muy organizado, versátil y refinado; nos asalta con su propaganda desde todos los ángulos y crea a nuestro alrededor un entorno de adicción casi inexpugnable. Cuanto más intentamos escapar, parece que más caemos en las trampas que con tanto ingenio nos tiende. Jikmé Lingpa, maestro tibetano del siglo XVIII, dijo:

«Hipnotizados por la variedad misma de las percepciones, los
seres vagan perpetuamente errantes por el círculo vicioso del
samsara».


Así obsesionados por falsas esperanzas, sueños y ambiciones que prometen felicidad pero sólo conducen a la desdicha, somos como personas que se arrastran por un desierto sin fin, muertas
de sed. Y todo lo que este samsara nos ofrece para beber es un vaso de agua salada que intensifica nuestra sed.

Wednesday, May 12, 2010

Trabajando con las emociones perturbadoras por Lama Ole Nydahl

El libre juego del espacio ilimitado se manifiesta en el mundo externo como galaxias, planetas, seres y situaciones, como los objetos de nuestros sentidos e investigación científica. En el nivel interno aparecen los sentimientos y pensamientos, juegan alrededor, son reconocidos o actuamos en base a ellos, y retornan a la potencialidad de la mente. Todas las culturas dualistas separan la mente de lo que las produjo, llevando a visiones extremas que limitan la vida. Las dos más comunes son el materialismo y el nihilismo. Unos pocos años después del Buda, en la época de los antiguos griegos, muchos eran perturbados por escuelas filosóficas que proclamaban el nihilismo como verdadero. Lo consideraban peligroso para la sociedad, que las cosas pudieran ser divididas hasta el vacío, por lo tanto declararon la existencia de "átomos", es decir una entidad indivisible. Era un postulado, algo que no podían comprobar de ninguna manera, pero que los protegía de la amenaza de la no-existencia y los "agujeros negros". La idea de que hay un punto más allá del cual las partículas no pueden ser divididas, hace que el mundo material sea real y existente. Sin embargo, esto no fue un éxito definitivo. Las personas de pensamiento abstracto seguían surgiendo y el concepto del nihilismo no moriría. A través de los últimos 2300 años, en el occidente perpetuamente experimentador, esos cambios se hicieron visibles en las artes. Donde las figuras femeninas eran grandes, con grandes senos y rodeadas de muchos niños y frutas, las pinturas eran hechas en ocre y otros tonos minerales, claramente conformaban un período de materialismo. El lenguaje era entonces dominante por verbos cortos que denotaban acciones y la cultura era expansiva, ganando guerras y territorios, cruzando océanos y limpiando las tierras.

Sin embargo no mucho después, aún el más positivo de los pensadores descubrió un fantasma escondido en su paraíso: el hecho de la impermanencia. Mientras los seres más tienen más deben dejar al momento de la muerte. Además, si las cosas son reales, entonces la vejez, la enfermedad y la muerte también son reales. El materialismo por lo tanto hace que los problemas sean reales lo cual es frustrante. El signo externo de esa decepción es un acercamiento minimalista. Es cuando uno trata de tener el menor contacto posible con las atracciones de la vida. Los verbos y las frases se hacen largos y complicados, las figuras en las pinturas se individualizaron, eran delgadas y miserables y pasaron a formas ideoplásticas con un rango de colores verdes y azules.

Sin embargo muy pronto el sentido común nulificó ese intento de encontrar seguridad a través de una posición extrema. Aún haciendo parecer todo gris y vacío, el dolor sigue apareciendo y se mantiene como real. Así que uno sigue teniendo problemas pero hay menos gozo y sin ninguna forma de controlar y manejar los eventos.Tal como uno puede esperar de la cultura europea, otras observaciones del mundo externo se sistematizaron. Eso trajo otras visiones como el existencialismo, la immanencia y la trascendencia. En lo que respecta a la mente experimentadora las visiones no han sido menos divergentes.

Ya que las enseñanzas del Buda solo han sido conocidas recientemente por el mundo educado, mostrando la mente como el espacio en esencia, radiantemente consciente en naturaleza e ilimitada en su expresión, no ha habido falta de preocupación con los aspectos condicionados de la mente. Sin tener la llave para el estado sin miedo, gozo espontáneo y compasión activa que se hace permanente cuando la mente se reconoce a si misma, ha habido cualquier cantidad de excursiones al reino de los sentimientos mezclados e impermanentes. Variando desde los heroicos hasta los de tipo "jardín de infantes", tales estados mentales tienen el poder de dominar las vidas de aquellos no entrenados en la visión y meditación budista. Traen incontables palabras y acciones que limitan la felicidad y escogencia de los seres ahora y en el futuro, y deben, por lo tanto, ser analizados. ¿Cuál es el dinamismo que crea los sufrimientos y alegrías condicionadas del mundo? La respuesta es la ignorancia y lo que este estado trae consigo. Quienquiera que sea utilizado para los baños emocionales de culpa y absolución de las religiones de fe con dioses personales quienes de alguna manera no tomaron su creación de manera correcta, pueden sentir algo de debilidad, es lógico desde todo punto de vista. Sin embargo a la intensidad no gastada de la mente puede dársele un excelente uso en otras áreas más constructivas. Cuando uno se da cuenta que no es necesario un agente externo para que los fenómenos ocurran, que la mente gozosamente prueba su potencial ilimitado tanto como espacio como con los mundos externos e internos, conocer la fuente es indispensable. Es una batalla cuesta arriba.

El hecho de no estar iluminado significa exactamente que la mente no puede verse a si misma. Conocer lo que sucede afuera es un factor de supervivencia y todos los seres pueden hacerlo a través de sus sentidos en múltiples formas. En lo que se refiere al entendimiento mismo la mente puede ser comparada con un ojo. Naturalmente no reconocerá lo que es. ¿Cómo entonces evolucionan los procesos mentales no iluminados de la vida ordinaria? Sucede a través de los siguientes pasos lógicos: desde tiempo sin principio la incapacidad de los seres de percibir el objeto, sujeto y acción como parte de la misma totalidad trae el sentimiento perturbador primario. Conocidos como apego y aversión, no estarán solos por mucho tiempo. Su bella descendencia son la codicia y la avaricia, y el odio y la rabia respectivamente, mientras que la ignorancia da sucesivo nacimiento al tipo de orgullo empobrecedor, ese de pensar que somos mejores que los demás. Esto significa que uno siempre esta en mala compañía y ese sentimiento priva a la vida de su alegría.

De la misma manera que las moléculas pueden alcanzar solo un cierto grado de complejidad, las emociones se deshacen cuando se hacen muy complicadas, el Buda estableció que pueden aparecer en 84.000 combinaciones posibles. Cubriendo la mente, ellas son todo lo que bloquea el más alto gozo y la sabiduría espontánea co-emergente, la completa radiación de aquí y ahora.Si tales estados pueden ser vistos como lo que realmente son, shows mezclados en nuestra televisión interna o jardines zoológicos dejando nuestra mente, podemos escoger no tomarlos en cuenta o divertirnos con los animales divertidos. Esa libertad es disfrutada principalmente por los meditadores que han hecho consciente el espacio que rodea los fenómenos de la mente. Otros considerarían tales sentimientos (emociones mezcladas) como reales, aún cuando están en constante cambio. Motivados por ellos, las palabras y acciones torpes o dañinas surgen, de nuevo plantan impresiones difíciles en el mundo externo y en nuestra propia consciencia base. Cuando tales causas poco claras surgen en problemas externos o internos, los seres habitualmente olvidan que plantaron su propio sillón de cactus. Piensan que su dolor es causado por otros, actúan o hablan en contra de ellos y siembran las semillas de futuros daños.

Sin embargo, esto no tiene porque ser así. El hecho de que el presente de los seres este condicionado por su pasado significa que uno puede controlar su futuro. Hay muchos niveles para hacer esto, incluso internamente. Uno puede evitar, debilitar y transformar las emociones perturbadoras o incluso utilizarlas para reconocer la mente. Lejos de ser "pecados" o algo absolutamente terrible, nuestras experiencias expresan nuestro karma y la manera de manejarlos prueba nuestra madurez. Como el tema de las emociones es popular en nuestras sociedades introspectivas orientadas al ocio y ha sido frecuentemente tratada junto con los acercamientos teóricos de los textos clásicos, aquí hay un ángulo que pienso que aún no ha sido explorado.

El trabajo practico y efectivo con las emociones perturbadoras es como un armamento inteligente. Necesita la voluntad para enfrentar de manera no sentimental el enemigo y conocer honestamente su propia fortaleza. Entonces uno debe planear una respuesta táctica y estratégica y hacer todo lo posible porque las fuerzas enemigas sean útiles para nuestros propios propósitos. Ya que una mente entrenada significa felicidad atemporal, y la confusión no tiene fin, esa es una guerra que uno debe ganar. Valorar al enemigo significa conocer su naturaleza. ¿Las emociones repentinas e incontroladas habitualmente explotan como relámpagos produciendo palabras y acciones dañinas o es nuestra mente un quemador lento? ¿Se incrementa gradualmente una motivación negativa hasta que ocurre un daño real?, en el primer caso un rápido "PHAT" pronunciado internamente y con algo de voz puede disipar un energía perturbadora superficial. Si uno tiene una conexión cercana con un lama, uno puede imaginarlo sobre la cabeza, empujarlo completamente hacia sí mismo y simplemente ser el lama. Si nuestras emociones reúnen fortaleza en un nivel más profundo y bajo, es muy útil hacer que floten sobre una película de aceite de mantras. Esto los mantiene "en el aire", lejos del cuerpo y la palabra, y evita la construcción de hábitos destructivos. Luego de un tiempo, por ser condicionadas, las perturbaciones deben perder poder y deshacerse. La mente reconocerá esto y será más difícil de engañar la próxima vez.

Conocer nuestra propia fortaleza llama también a la introspección y la experiencia. ¿Cómo me esta yendo hoy? ¿qué grietas hay en mi armadura? ¿qué sentimiento de crecimiento reciente puedo utilizar para combatir al oponente actual? La respuesta involucra uno de varios de los siguientes pasos:

1. Evitar el problema. Aunque esto difícilmente se sienta como algo heroico, irse a dar un paseo cuando la situación donde normalmente fallamos se desarrolla, evita el drama y gana un tiempo precioso.

2. El próximo paso es una consciencia creciente de que las perturbaciones pueden ser transformadas, que no son tan reales como se sienten. Aquí uno primero debe entender que una cierta dificultad emocional no fue experimentada antes y que por lo tanto se irá de nuevo. Ahora mismo esta cambiando. Esa consciencia creciente de la irrealidad y la no-solidez de los estados mentales difíciles ofrece una amplia variedad de posibilidades para transformarlos. Si los propios problemas lucen malos, informarse, mediante una prensa políticamente incorrecta, de lo que se hacen en Africa unos a otros, lo coloca a uno en un marco rosado, o si se siente oprimida por una sociedad dominada por los hombres, algunas visiones de las miserias que sufren las mujeres musulmanas traerá cierta empatía y un deseo de buscar soluciones verdaderas. En situaciones repentinas, pensamientos como "¿quisiera yo estar en su posición? o "pasar unos minutos con esta persona es terrible, pero ella tiene que vivir consigo misma, día y noche", pueden sacar la espina de algunos encuentros y darán cierto feedback sobre las personas desafortunadas. Cómo budistas estamos conscientes de que las personas son difíciles mas debido a la ignorancia que debido a la maldad, causándose daño principalmente a ellas mismas, tal compasión gradualmente se vuelve automática.

3. El más alto entre los métodos para tratar las emociones perturbadoras es el poder de la propia visión, donde nos hacemos conscientes del espejo detrás de las imágenes, la mente que produce y experimenta los fenómenos entenderá que todos los seres poseen la naturaleza de Buda y todas las cosas son el libre juego de la mente.

Entonces uno se convertirá en un Buda entre potenciales colegas y verá el mundo como una tierra pura. Experimentar todos los pensamientos como sabiduría, sean lo que sean, y con la escogencia de escuchar todos los sonidos como mantras significativos, uno puede hacer que el ladrón llegue a una casa vacía sin encontrar energía. Las emociones perturbadoras se debilitan y en la medida que uno los observa desde la distancia, el gozo y la excitación surgirán. Lo que antes eran grandes obstáculos ahora aparecen como amigos.

Sunday, May 02, 2010

El Linaje De Esencia Materna. Yeshe Tsogyel por Ngak’chang Rinpoche


La grandiosa inspiración y el rol modelo para las mujeres, desde el punto de vista del Budismo Tibetano, es la iluminada yogini Yeshé Tsogyel (Ye-shes mTsho-rGyal). Yeshé significa ‘Sabiduría Primordial’, y Tsogyel significa ‘reina del océano’ -océano como cualidad de la Mente-. Es el Buddha femenino de la escuela Nyingma. Como figura histórica, es la madre de todos los Linajes Nyingma. Yeshé Tsogyel, junto con sus encarnaciones y emanaciones son una inspiración para las mujeres como modelo de su rol, y para los hombres es modelo de maestría.
En el Linaje de Esencia Materna, hay tres estilos de relación maestro-discípulo; según mDo (Sutra), rGyud (Tantra), y rDzogs-chen (Mahasandhi). De acuerdo al Sutra uno necesita un maestro que sea del mismo género -sexo-. Según el Tantra uno necesita un maestro del otro género, del sexo opuesto. Según el Dzogchen el género del maestro es irrelevante. Desde la perspectiva del Tantra, por lo tanto, los maestros femeninos desempeñann el papel de modelo para las mujeres y de maestro para los hombres, al tiempo que los maestros varones son maestros para las mujeres y modelo para los hombres. Dentro del Linaje de Esencia Materna, el acercamiento a la práctica de la vida cotidiana se hace desde la Visión del Tantra, y la práctica formal se hace desde la Visión del Dzogchen. Esta narración sobre el Linaje de Esencia Materna muestra un estilo que enfatiza la Visión más que la práctica; y así se resalta la perspectiva del Tantra. Hay un tremendo énfasis en lo que es llamado vivir la Visión en el Linaje de Esencia Materna, y este es un estilo de práctica adecuado particularmente para las mujeres.
Yeshé Tsogyel fue el sang-yum o consorte espiritual de Padmasambhava. Padmasambhava es conocido en la escuela Nyingma del Budismo Tibetano como el segundo Buddha. Padmasambhava fue el fundador del Budismo en Tibet, y la Escuela Nyingma (los Antiguos) representan la primera difusión del Budismo en Tibet cuando surgió con el dinamismo espiritual provocado por Padmasambhava y Yeshé Tsogyel. El nacimiento y actividad de Padmasambhava fue predecido por Buddha Shakyamuni, quien dijo que un ser de tremendo poder y compasión aparecería después de su muerte, el cual tendría la capacidad de transmitir la enseñanza y prácticas del Tantra. Los dos aspectos primarios de la práctica del Tantra consisten de Sabiduría y Compasión Activa, que se consideran como siendo cualidades femeninas y masculinas respectivamente. La Sabiduría y la Compasión Activa son fundamentalmente las cualidades de Vacío y Forma de los humanos iluminados -los ornamentos de la no-dualidad. (Esta enseñanza también es fundamental en la enseñanza Sutra. Esto se basa en el Sutra del Corazón, donde se establece que la Forma es Vacío y el Vacío es Forma). Con referencia al Tantra, Padmasambhava es la Forma o Compasión Activa, y Yeshé Tsogyel es el Vacío o Sabiduría. Desde esta perspectiva, la totalidad de la realidad es vista como la danza de Padmasambhava y Yeshé Tsogyel. Dentro de la Sangha Ngakphang de la Escuela Nyingma, cada Lama y su consorte espiritual son Padmasambhava y Yeshé Tsogyel en lo que concierne sus discípulos.
En el Linaje de Esencia Materna, Yeshé Tsogyel y sus encarnaciones y emanaciones son de importancia fundamental, porque ella es la Madre de la Visión, y por lo tanto la Madre de la experiencia no-dual. El Tantra contiene métodos que son particularmente valiosos para las mujeres, a causa de su énfasis en el desarrollo de la Visión. Se dice que, dentro de la enseñanza tántrica, las mujeres tienen mayor capacidad de realización que los hombres a causa de su mayor resonancia natural con la esfera de prácticas de la Visión. El ejemplo más inspirado en la tradición Tántrica referente a la profunda capacidad de las mujeres es Yeshé Tsogyel. Ella fue la primer mujer tibetana en lograr Budidad y tuvo numerosas encarnaciones y emanaciones en Tibet y en otros lugares del Himalaya. El origen Visionario del Linaje de Esencia Materna es Yeshé Tsogyel, y su influencia puede ser rastreada hasta el siglo veinte mediante sus encarnaciones. Las encarnaciones de Yeshé Tsogyel incluyen a: Machig Lapdrön; Jomo Menmo; Jomo Chhi’mèd Pema; y Jétsunma Khandro Yeshé Réma, mujeres que dieron nacimiento a las revelaciones de la pura-visión como son llamadas en el Linaje de Esencia Materna de Aro gTér.
Los interesados en conocer más sobre la vida de Yeshé Tsogyel pueden dirigirse al excelente libro de Keith Dowman ‘Sky Dancer’, que relata su nacimiento, vida y realización, junto con un maravilloso comentario sobre la naturaleza de los tres Tantras internos. Debido a que este texto se consigue fácilmente, no hay necesidad de discutir la vida de Yeshé Tsogyel en este estudio del Linaje de Esencia Materna.

Wednesday, April 14, 2010

EL ESPEJO VAJRA DE LA ATENCIÓN por Nyoshul Khenpo

Homenaje al supremo rey interior: la atención surgida de sí misma.

Yo soy el vajra de la atención.
¡Mirad, amigos vajra! Cuando me veáis, permaneced atentos.
Yo soy el espejo de la atención,
yo reflejo vuestra atención cuidadosa.
Mirad claramente, momento a momento,
y examinad directamente la verdadera esencia de la mente.
La atención es la raíz del dharma.
La atención es el cuerpo de la práctica.
La atención es el alcázar de la mente.
La atención es el asistente de la sabiduría de la alerta innata.
La atención es el soporte del mahamudra, del maha ati, del dzogchen y del madiamika.
Por falta de atención, te vencerán las fuerzas negativas.
Sin atención, te arrastrará la pereza.
La carencia de atención, crea todas las acciones dañinas.
Sin atención y presencia mental, nada puede ser consumado.
Por falta de atención acumulas montones de mierda.
Sin atención duermes en un océano de orín.
Sin atención eres un zombi despiadado, un cadáver ambulante.
Queridos amigos del dharma, por favor ¡permaneced atentos!
Por la inspiración de los santos lamas, budas, bodisatvas y maestros del linaje,
¡Que todos los amigos vajra alcancen la atención estable y asciendan al trono del despertar perfecto!


Estas pocas palabras fueron improvisadamente compuestas por el pobre monje, Yamyang Dorje tan feo como un buey sin dientes, y ofrecidas a sus amigos vajra dotados de los ojos del dharma.

Friday, April 02, 2010

El camino que no renuncia por Tröma Rimpoche


Los monásticos y los celibes son solo un cierto tipo de budistas. Menos conocido es el linaje de los yogis.
Cuando la mayoría de la gente piensa en el budismo, piensan en los monjes con las cabezas afeitadas que han renunciado a la pareja, trabajo, familia y vida material. Como sea, este es solo un cierto tipo de budismo. También hay una tradición yogica del budismo que se remonta a los tiempos del Buda. Si bien estas enseñanzas son menos conocidas, el linaje de los yogis no-monásticos y no-celibes ha jugado un rol importante en el sostenimiento del Budismo Tántrico y ha puesto el camino a disposición dentro del dominio de la vida diaria. Los practicantes de esta tradición no abandonan sus matrimonios - al contrario, a la luz de las enseñanzas y prácticas, su relación romántica se vuelve un ingrediente crucial en el despertar espiritual. El cuerpo, las emociones, los placeres, el juego, el arte y todo tipo de disfrutes no son vistos como barreras a este camino sino en cambio se vuelven el paisaje en el cual las enseñanzas son exploradas y realizadas.
Esta tradición es el Budismo Tántrico que sostienen los "Yogis y Yoginis de cabello largo", llamados Ngakmas/Ngakpas y Naljormas/Naljorpas. Como sea, las enseñanzas del Budismo tántrico en general han sido adaptadas en las formas monásticas durante los últimos mil años. A causa de esto, aún más lo que se llama Budismo "Tántrico" es ahora enseñado desde la perspectiva de lo monástico y de los linajes renunciantes al mundo. Como sea, el budismo tántrico original, el cual fue expresado por los Mahasiddhas, los fundadores de nuestro linaje, enseñaron desde la perspectiva del practicante yogico -aquel que practica la sabiduría budista dentro de cada aspecto de la vida. En este camino, en lugar de renunciar a la pareja, al dinero, a la sexualidad, las emociones, el cuerpo y el entretenimiento, transformamos nuestra experiencia, así que cualquiera sea la circunstancia que encontramos, vamos más profundo en nuestra mente de Buda y agregamos más consciencia despierta a nuestras vidas.

(extracto de una charla pública)

Saturday, March 13, 2010

Visión Clara por Pema Chödron

Después de que hemos meditado por un tiempo, es normal sentir que estamos retrocediendo en vez de progresar. “Hasta el momento en que empecé a meditar, me sentía bastante tranquilo; ahora, siento que estoy agitado todo el tiempo. No solía sentir ira; ahora, bulle en mí todo el tiempo”. Podríamos quejarnos de que la meditación está arruinando nuestra vida, pero de hecho estas experiencias son un signo de que estamos comenzando a ver con mayor claridad. A través del proceso de la práctica de la técnica un día tras otro, año tras año, comenzamos a ser muy honestos con nosotros mismos. La visión clara es otra forma de decir que tenemos menos auto-engaño.

El poeta beat Jack Kerouac, sintiendo que estaba listo para dar un gran salto espiritual, escribió lo siguiente a un amigo antes de retirarse a un paraje desolado: “Si no tengo una visión en Desolation Peak, entonces dejaré de llamarme William Blake”. Sin embargo, posteriormente escribió que se le hizo difícil encarar la verdad desnuda. “Pensé – dijo – que al llegar a la cima me encontraría cara a cara con Dios o Tathagata (Buda) y que encontraría de una vez por todas el significado de toda esta existencia y este sufrimiento – pero en cambio, me encontré frente a frente conmigo mismo, sin alcohol, sin drogas, sin oportunidad de fingir, sino cara a cara con este viejo y odioso ser que soy yo mismo”.

La meditación requiere paciencia y maitri. Si este proceso de visión clara no se fundamenta en la compasión por uno mismo, se convertirá en un proceso de auto-agresión. Necesitamos auto-compasión para estabilizar nuestra mente. Necesitamos trabajar con nuestras emociones. Lo necesitamos a fin de permanecer.

Cuando aprendemos a meditar, se nos instruye que nos sentemos en una cierta posición sobre un cojín o una silla. Se nos dice que simplemente permanezcamos en el instante presente, concientes de nuestra respiración cuando exhalamos. Se nos dice que cuando nuestra mente divague, sin rudeza ni juicio, reconozcamos eso como un “pensamiento” y regresemos a nuestra exhalación. Nos entrenamos en regresar a este instante presente. En el proceso de hacer esto, nuestra obnubilación, nuestra perplejidad, nuestra ignorancia comienzan a transformarse en visión clara. “Pensar” se convierte en una palabra clave para ver “simplemente lo que es” – tanto nuestra claridad como nuestra confusión. No estamos tratando de deshacernos de nuestros pensamientos. Más bien, estamos viendo claramente nuestros mecanismos de defensa, nuestras creencias negativas acerca de nosotros mismos, nuestros deseos y nuestras expectativas. También vemos nuestra bondad, nuestra valentía, nuestra sabiduría.

A través del proceso de practicar la técnica de la atención-conciencia en forma continua, ya no podemos ocultarnos de nosotros mismos. Vemos claramente las barreras que establecemos para protegernos de la experiencia desnuda. Aunque todavía asociamos las paredes que hemos levantado con la seguridad y la comodidad, también comenzamos a sentirlas como una restricción. Esta situación claustrofóbica es importante para un guerrero. Esto marca el comienzo del anhelo de una alternativa para nuestro pequeño mundo con el que estamos familiarizados. Comenzamos a buscar una ventana para respirar. Deseamos disolver las barreras entre nosotros mismos y los demás
.

Monday, March 08, 2010

En ambos casos sé paciente
por Trungpa Rinpoche

Suceda lo que suceda, sea alegre o doloroso, la práctica no debe fluctuar; debe permanecer constante sin que perdamos jamás la pa-ciencia. Deben ser pacientes tanto si están en medio de la felicidad más grande como de un sufrimiento atroz. Deben considerar que el sufrimiento extremo es el resultado de un karma anterior. De esta manera, no será necesario que sientan remordimientos y podrán dedicarse a purificar las malas acciones y los oscurecimientos1. Y como la dicha extrema también es el resultado de un karma anterior, no hay razón para ser engreídos; deberían más bien donar sus riquezas a causas virtuosas, transformando en virtud toda sensación de autenticidad o poder personal.
Muy a menudo, cuando un practicante tiene problemas o está pasando por un momento difícil, deja de ver las cosas en su contex-to adecuado y busca un chivo expiatorio en el dharma. Por ejemplo, para justificar su propia incapacidad de practicar, inventa todo tipo de pretextos: el ambiente no es el adecuado, los compañeros de práctica no son simpáticos, la organización no funciona bien, las condiciones son poco propicias. Se queja por todo y por nada. En casos extremos, hay quienes vuelven a buscar refugio en el mundo no dhármico, regresando a situaciones en las que su existencia pueda ser reconocida. Lo que nos dice esta consigna es que debemos cultivar y sostener una disciplina para que, en cualquier situación, favorable o no, podamos tener paciencia con la práctica. Lo esencial es ser paciente y eso significa darse tiempo y aceptar las dificultades.

Wednesday, March 03, 2010



Consejo de

Dilgo Khyentse Rinpoche


sobre como trascender los obstáculos en la práctica:




“Te enfermarás, experimentarás dolor, y encontrarás muchas circunstancias adversas. En esos momentos, no pienses, “Aún cuando estoy practicando el Dharma, lo único que tengo son problemas. El Dharma no debe ser tan grandioso. He seguido a un maestro y hecho mucha práctica, y aún así los tiempos difíciles siguen recayendo sobre mi”. Tales pensamientos son visiones erróneas. Deberías darte cuenta que a través de las bendiciones y el poder de la práctica, por medio de experimentar enfermedad y otras dificultades ahora, estás purificándote y apartándote de las acciones negativas… al purificarlas cuando tienes la oportunidad, más adelante irás de gozo en gozo. Así que no pienses, “No merezco ésta enfermedad, éstos obstáculos, estas influencias negativas”. Experimenta tus dificultades como una bendición… cuando experimentes tales dificultades, deberías ponerte contento y evitar tener pensamientos adversos tales como, “Porque me están ocurriendo a mí éstas cosas tan terribles”.

Saturday, February 13, 2010

REPOSAR POR COMPLETO
PEMA CHÖDRÖN

La meditación se vuelve un proceso transformador sólo cuando comenzamos a relajarnos con nosotros mismos tal como somos.
La instrucción medular es: “Permanece...permanece… sencillamente permanece”.

Como especie, jamás deberíamos subestimar nuestra poca tolerancia por aquello que nos incomoda. Que nos digan que permanezcamos con nuestra vulnerabilidad es algo que definitivamente nos puede servir de ayuda. La meditación sentada es nuestro cimiento para aprender cómo hacer esto. La meditación sentada, también conocida como la práctica de la atención - conciencia vigilante, es la base del entrenamiento en la bodhichitta. Es la base donde se entrena el bodhisattva guerrero.

La meditación sentada cultiva la bondad amorosa y la compasión, las cualidades relativas de la bodhichitta, que podría definirse como la mente y el corazón completamente despiertos. Nos brinda una forma de acercanos a nuestros pensamientos y emociones y de ponernos en contacto con nuestro cuerpo. Es un método que sirve para cultivar la amistad incondicional hacia nosotros mismos y para correr la cortina de indiferencia que nos distancia del sufrimiento de los demás. Es nuestro vehículo para aprender a ser una persona verdaderamente amorosa.

Gradualmente, a través de la meditación, comenzamos a darnos cuenta de que existen espacios en nuestro diálogo interno. En medio de la plática continua con nosotros mismos, experimentamos una pausa, como si despertásemos de un sueño. Reconocemos nuestra capacidad para relajarnos con la claridad, el espacio, la conciencia sin límites que ya existe en nuestra mente. Experimentamos instantes en que sentimos la simplicidad de estar aquí y ahora, sin obstáculos, de manera directa y simple.

Este regreso a la inmediatez de nuestra experiencia es el entrenamiento en la bodhichitta incondicional. Simplemente permaneciendo aquí y ahora, nos relajamos más y más en la dimensión abierta de nuestro ser. La sensación es como salir de una fantasía y relajarse en la verdad.

No obstante, no existe garantía de que la meditación sentada nos será beneficiosa. Podemos practicar por años sin que ésta penetre en nuestros corazones y en nuestra mente. Podemos utilizar la meditación para reforzar nuestras falsas creencias: nos protegerá de la incomodidad; nos fijará a algo seguro; llenará nuestras expectativas y eliminará nuestros miedos. Esto ocurre porque no comprendemos correctamente la razón por la cual estamos practicando.

¿Por qué meditamos? Esta es la pregunta que sería conveniente formularnos. ¿Por qué habríamos de molestarnos en pasar tiempo solos con nosotros?

Primero que todo, es útil entender que la meditación no sólo tiene que ver con sentirse bien. Pensar que esa es la razón por la cual meditamos es dirigirnos al fracaso. Supondremos que lo estamos haciendo mal casi cada vez que nos sentamos a meditar: incluso el meditador más establecido experimenta dolor físico y psicológico. En la meditación nos experimentamos tal como somos, con nuestra confusión y con nuestra cordura. Esta completa aceptación de nosotros mismos tal como somos se denomina maitri, una relación sencilla y directa con nuestro ser.

Tratar de atornillarnos a ideas fijas no es de utilidad. Esto implica lucha y auto-denigración. Denigrar de nosotros mismos es probablemente la mayor forma de ocultar nuestra bodhichitta.

¿No tratar de cambiar significa que tenemos que seguir siendo iracundos y adictos hasta el final de nuestros días? Esta es una pregunta razonable. Tratar de cambiarnos no funciona a largo plazo porque estamos resistiéndonos a nuestra propia energía. La auto-superación puede tener resultados temporales, pero la transformación duradera ocurre sólo cuando nos honramos a nosotros mismos como la fuente de la sabiduría y la compasión. Somos, tal como lo señaló Shantideva, el maestro indio del siglo VIII, como un ciego que encuentra una joya enterrada en un montón de basura. Es justamente allí, en medio de nuestra materia más hedionda, que descubrimos el corazón despierto de nuestra claridad y bondad básicas, la mente completamente abierta de la bodhichitta.

Es sólo cuando comenzamos a relajarnos con nosotros mismos tal como somos que la meditación se vuelve un proceso transformador. Cuando nos relacionamos con nosotros mismos sin ser moralistas, sin engaño, finalmente abandonamos las pautas perjudiciales. Sin maitri, la renuncia a los viejos hábitos se vuelve algo insultante. Este es un aspecto importante. Existen cuatro cualidades principales que deben cultivarse cuando meditamos: la constancia o firmeza, la visión clara, experimentar nuestra perturbación emocional y atención al instante presente. Estos cuatro factores se aplican no sólo a la meditación sentada, sino que son esenciales para todas las prácticas de bodhichitta y para relacionarnos con situaciones difíciles en nuestra vida cotidiana.

Friday, February 05, 2010

Constancia o firmeza

por Pema Chödron




Cuando practicamos la meditación, estamos fortaleciendo nuestra capacidad para ser constantes con nosotros mismos. No importa lo que surja – dolores en los huesos, aburrimiento, adormecimiento o las emociones y pensamientos más desenfrenados – desarrollamos una lealtad hacia nuestra experiencia. Aunque muchos meditadores quisieran hacerlo, no salen corriendo ni gritando de la habitación. En su lugar, reconocen ese impulso como un pensamiento, sin etiquetarlo como correcto o incorrecto. Esta no es una tarea de pequeñas dimensiones. Nunca debemos subestimar nuestra inclinación a huir cuando nos sentimos mal o adoloridos.


La instrucción es que debemos meditar todos los días, incluso por un periodo breve de tiempo, a fin de cultivar esta constancia o firmeza con nosotros mismos. Nos sentamos bajo toda clase de circunstancias – ya sea que nos sintamos saludables o enfermos, cuando estamos de buen humor o cuando estamos deprimidos, ya sea que sintamos que nuestra meditación está marchando bien o se está desmorando por completo. A medida que continuamos sentándonos, observamos que la meditación no tiene que ver con hacer que ésta salga bien o alcanzar algún estado ideal. Es acerca de permanecer con nosotros mismos aquí y ahora. Se vuelve cada vez más claro que no nos libraremos de las pautas auto-destructivas, a menos que desarrollemos un entendimiento compasivo de lo que somos.


Un aspecto de la constancia es sencillamente estar en tu cuerpo. Como la meditación hace énfasis en trabajar con tu mente, es fácil olvidar que incluso tienes un cuerpo. Cuando te sientas sobre el cojín es importante relajarte en tu cuerpo y ponerte en contacto con lo que está sucediendo. Comenzando con la parte superior de tu cabeza, puedes pasar varios minutos volviéndote conciente de cada parte de tu cuerpo. Cuando llegues a lugares del cuerpo que te duelen o que están tensos, puedes inhalar y exhalar tres o cuatro veces, manteniendo tu conciencia en esa área. Cuando llegues a las plantas de tus pies puedes detenerte o, si te parece, puedes repetir este “escaneo” corporal de abajo hacia arriba. Luego, en cualquier momento durante tu periodo de meditación, rápidamente puedes sintonizarte de nuevo con una sensación global de estar en tu cuerpo. Por un instante, puedes traer tu conciencia directamente al instante presente. Estás sentado. Existen sonidos, aromas, imágenes, dolores; estás inhalando y exhalando. Puedes reconectarte con tu cuerpo de esta manera cuando te parezca conveniente – quizá una o dos veces durante una sesión de meditación sentada. Luego, regresa a la técnica.


En la meditación, descubrimos nuestra agitación interior. Algunas veces nos levantamos y nos vamos. Algunas veces nos sentamos, pero nuestro cuerpo se menea y se retuerce, y nuestra mente divaga incesantemente. Esto puede ser tan incómodo que sentimos que es imposible permanecer. Sin embargo, esta sensación puede enseñarnos no sólo acerca de nosotros mismos, sino también acerca de lo que significa ser humano. Todos nosotros obtenemos seguridad y comodidad del mundo imaginario de recuerdos, planes y fantasías. En realidad no deseamos permanecer con la desnudez de nuestra experiencia del instante presente. Permanecer presente va contra nuestro temperamento. Existen momentos en que sólo la mansedumbre y el sentido del humor pueden darnos la fortaleza para sosegarnos.


La instrucción medular es, “Permanece…permanece…simplemente permanece”. Aprender a permanecer con nosotros mismos en la meditación es como entrenar a un perro. Si entrenamos a un perro golpeándolo, conseguiremos tener un perro obediente, pero muy inflexible y más bien aterrorizado. El perro puede obedecer cuando decimos “Permanece”, “Ven”, “Salta” y “Siéntate”, pero también será un perro neurótico y confundido. En contraste, entrenarse con benevolencia da como un resultado una persona que es flexible y confiada, que no se irrita cuando las situaciones son impredecibles e inseguras.


Así que, cada vez que divaguemos, nos alentamos gentilmente a “permanecer” y a sosegarnos. ¿Estás experimentando agitación? ¡Permanece! ¿Mente discursiva? ¡Permanece! ¿Están fuera de control el miedo y la aversión? ¡Permanece! ¿Dolores de rodillas y molestias en la espalda? ¡Permanece! ¿Qué prepararé para el almuerzo? ¡Permanece! ¿Qué estoy haciendo aquí? ¡Permanece! ¡No puedo soportar esto ni un minuto más! ¡Permanece! Así es como podemos cultivar la constancia o la firmeza.

Wednesday, February 03, 2010

25. No hables de miembros dañados

por Chögyam Trungpa Rinpoche

A causa de nuestra arrogancia y agresividad, preferimos hablar de los defectos ajenos para ensalzarnos a nosotros mismos. Lo que ésta consigna propone es no alegrarnos de los defectos de los demás, de sus miembros dañados. La expresión “miembros dañados” ilustra de manera muy gráfica estados psicológicos o físicos del ser humano, tales como la ceguera, la sordera, la torpeza y todos los defectos físicos imaginables. Esto parece coincidir con la ética general ya establecida por el cristianismo, según la cual nadie debe ser condenado por sus defectos físicos, sino que todos deben ser considerados personas por igual. En todo caso, es algo que generalmente no solemos hacer.

No se trata de un acercamiento puritano a la realidad, sino simplemente de comprender que si una persona tiene problemas en su vida no es necesario que se los multipliquemos haciendo comentarios al respecto. Podríamos solidarizarnos con ella en sus dificultades. Si alguien está muy alterado y está exagerando el conjunto de fenómenos que le toca vivir, o si está angustiado porque teme un encuentro desagradable con alguien, no debemos considerar su reacción como una manifestación de su fealdad. No es más que su respuesta a la realidad y la gente siempre responde a la realidad de diferentes maneras.

Saturday, January 30, 2010



Lojong por Trungpa Rinpoche


"Cambia de actitud pero no dejes de ser natural"


Siempre acostumbramos a proteger nuestro territorio. Queremos preservar nuestro propio terreno y ocuparnos de los demás después. Lo que esta consigna está tratando de cambiar es precisamente esa actitud, para que pensemos primero en los demás y luego en nosotros. Es algo muy claro y sencillo. Normalmente somos indulgentes y cariñosos con nosotros mismos, pero no con los demás. Si necesitamos algo de afuera, se lo encargamos a alguien para no tener que salir. De modo que esta consigna se aplica cuando intentamos imponer nuestro poder y autoridad sobre los demás. Ocurre también que en muchas situaciones tratamos de salirnos con la nuestra; por ejemplo, dejamos los platos sucios para que los laven otros. Cambiar de actitud significa invertir nuestra actitud por completo: en lugar de arreglárnoslas para que los demás hagan las cosas, las hacemos nosotros mismos.


La segunda parte de la consigna dice: "no dejes de ser natural". Esto implica cierto grado de relajación. Debemos aprender a domesticar nuestro ser fundamental, a domesticar nuestra mente, para dejar de dar siempre órdenes a los demás y, en cambio, aprovechar cada oportunidad para asumir la responsabilidad de todo.


Estamos hablando de invertir la actitud de cuidarse a uno mismo. En lugar de cuidarse a ustedes mismos, cuiden a los demás; luego relájense y punto. Eso es todo. Más sencillo no podría ser.